El fresco perdido de Leonardo

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ITALIA | Tras una pintura de Vasari
Investigadores observan con una sonda qué hay tras el fresco de Vasari.| AFP/N. GeographicInvestigadores observan con una sonda qué hay tras el fresco de Vasari.| AFP/N. Geographic
 
  • Hallan pigmentos que podrían pertenecer al mural tras un fresco de Vasari
  • Se guiaron por una inscripción en la pintura de Vasari: 'El que busca encuentra'
Efe | Reuters | Roma | Florencia
 
 
Actualizado lunes 12/03/2012 21:36 horas

Apenas unas semanas después de que el museo del Prado anunciase el hallazgo de una 'hermana' de la Gioconda elaborada en el propio taller de Leonardo Da Vinci, el genio renacentista y sus misterios vuelven a dar una nueva sorpresa. Según ha desvelado este lunes un equipo de investigadores, unos restos de pigmento negro encontrados tras un falso muro del Palacio Viejo de Florencia (centro de Italia) podrían pertenecer al 'Leonardo perdido': el fresco de Leonardo da Vinci (1452-1519) 'La Batalla de Anghiari'(1452-1519).
El director de la investigación, el italiano Maurizio Seracini, llevaba tras la pista de la pintura de Leonardo -perdida hace cinco siglos- más de 30 años. Seracini compareció ante la prensa en Florencia para informar sobre el hallazgo en el Palacio Viejo (actual sede del Ayuntamiento florentino) de estos restos, que se cree pueden provenir de la anterior obra perdida del genio renacentista, datada en los primeros años del siglo XVI.
Según Seracini, la muestra de material negro, encontrado en una pared oculta tras un falso muro en el Salón de los Quinientos del Palacio Viejo, tiene una composición química compatible con la usada por el genio renacentista en 'La Gioconda' y en el 'San Juan Bautista', que se conservan en el Museo del Louvre de París.
"Aunque estamos aún en la fase preliminar de la investigación y hay aún mucho trabajo que hacer para poder resolver el misterio, las pruebas demuestran que estamos buscando en el lugar adecuado", dijo el investigador.

'El que busca encuentra'

A comienzos del siglo XVI, los líderes florentinos encargaron a Leonardo un gran fresco para celebrar la victoria de la República de Florencia sobre la milanesa en la batalla de las llanuras de Anghiari, que tuvo lugar en junio de 1440. El genio renacentista abandonó el proyecto un año después, probablemente porque una nueva técnica experimental para los frescos había fallado.
El misterio sobre el paradero del fresco de Leonardo se remonta al 1560, varias décadas después del proyecto, cuando el pintor y arquitecto toscano Giorgio Vasari (1511-1574) recibió el encargo de decorar y reestructurar el Salón de los Quinientos del Palacio Viejo. Todas las pistas del trabajo de Leonardo se pierden tras el fresco que encargaron a Vasari: 'La batalla de Marciano'.

Una reconstrucción de cómo sería el 'Leonardo perdido'. | AFP
Una reconstrucción de cómo sería el 'Leonardo perdido'. | AFP

A partir de ahí empiezan las cábalas sobre qué hizo Vasari con el fresco de Leonardo, que tenía problemas de conservación por la técnica que había utilizado para pintarlo, pero que muchos reprodujeron pues pudieron contemplarlo durante los años que estuvo la obra expuesta en esa sala del Palacio Viejo, en la que se reunía el Consejo Mayor de la República de Florencia.
Seracini obtuvo en 2007 la autorización del Gobierno italiano para proceder a la exploración de la pintura de Vasari sobre la batalla de Marciano en Val di Chiana. Guiado por una inscripción a 12 metros del suelo, sospechó que la pared este de la sala, donde se encuentra la anterior pintura, podía ocultar el fresco de Leonardo da Vinci.
En esa inscripción, un soldado florentino de la pintura de Vasari, mueve un estandarte con las palabras "Cerca trova" ("El que busca encuentra"), algo interpretado por el investigador como una pista que pudo dejar el arquitecto, quien, como admirador del trabajo de Leonardo, habría intentado conservar la obra del autor de 'La Gioconda'.

Algunos detalles

Con un radar, el equipo de investigadores descubrió un espacio vacío entre la pintura de Vasari y el muro posterior, y mediante una sonda con microcámara, introducida a través de seis pequeños orificios en la pared falsa, una capa beige que solo pudo ser pintada con pincel.

Una sonda a través del fresco de Vasari.Una sonda a través del fresco de Vasari.
Además de los restos de pigmento negro y de la capa beige, se han localizado varios fragmentos de material rojo, que se pueden asociar a una laca de ese color, cuya presencia es muy improbable en la construcción de una pared normal.
"Encontramos trazas de pigmentos que parecen ser los que sabemos que usaba exclusivamente Leonardo", explica Seracini. "Estos datos son muy esperanzadores".
El proceso en busca del 'Leonardo perdido' ha sido controvertido, en parte porque los investigadores han tenido que practicar varios orificios sobre el trabajo de Vasari y porque no todo el mundo coincide en que el fresco de Leonardo esté todavía ahí.
El equipo de Seracini trabaja en esta investigación con el apoyo de National Geographic, la Universidad de San Diego y el Ayuntamiento de Florencia, entre otras instituciones.


La investigación de esta obra maestra, que según algunos expertos era una de las más significativas de Leonardo, es "una iniciativa importante" para la National Geographic Society, afirma en un comunicado divulgado en Italia el vicepresidente ejecutivo de esa sociedad, Terry García.
Pese al entusiasmo de los investigadores, algunos historiadores del arte son escépticos y creen que el fresco de Leonardo debió de ser destruido antes de que Vasari pintase el suyo. De hecho, algunos historiadores de arte que trabajaban en el proyecto retiraron su apoyo.
Además, Italia Nostra -el grupo italiano líder en conservación de obras de arte- ha pedido a las autoridades florentinas que suspendan el proyecto porque podría dañar el fresco de Vasari y creen que es poco probable que el 'Leonardo perdido' siga ahí.
El alcalde de Florencia, sin embargo, está convencido de que el fresco de Leonardo sigue tras el muro y que la tecnología moderna permitirá al público admirar ambos. "Pero si tuviese que elegir, elegiría a Leonardo".

LOS INFIERNOS Y PARAÍSOS DE DALÍ

Novacaixagalicia expone en Ferrol los 100 grabados con los que el genio ilustró ‘La Divina Comedia".


Infierno, purgatorio y paraíso. Salvador Dalí recreó con sus pinceles el viaje al averno que Dante Alighieri había dibujado con palabras siete siglos antes en la La Divina Comedia. El resultado son 100 grabados que se columpian entre el clasicismo grecorromano, los escorzos barrocos y el surrealismo salvaje y que desde ayer por la tarde cuelgan en las paredes del segundo piso de la fundación cultural de Novacaixagalicia en Ferrol. Son parte de los fondos de la colección que Caixanova llevó en 2007 a la Freedom Tower de Miami y que itineró por las sedes culturales del sur de Galicia antes de la fusión.
Dalí (Figueres, 1904-1989) condensó todo su universo artístico de filias y fobias en 34 acuarelas infernales, otras 33 del purgatorio y 33 más de un paraíso que tienen la forma de Gala, su musa y esposa, reconvertida en un ángel que suplanta a Beatriz, a quien Dante idolatraba en sus poemas. “Dalí bajó al infierno con sus demonios y todas sus obsesiones están aquí: las formas blandas, el deseo sexual y la muerte”, explica Paloma Vela, responsable de Artes Plásticas de Novacaixagalicia.
La más recurrente de sus fijaciones, sexo=muerte, está concentrada en la anamorfosis de una calavera (Canto 14 del Infierno, en La Divina Comedia) que parece derretirse sobre la tierra. Reblandecer la materia fue la manera que encontró para transformar lo real en irreal. Los dientes del cráneo son como las teclas del piano en el que su padre médico solía colocar un libro sobre enfermedades venéreas que marcó a Salvador Dalí como hombre y como artista.


“En estos dibujos es habitual la genuflexión, la postura que el arcángel Gabriel adoptó ante María”, subraya Vela como ejemplo. Es la fecundación sin contacto. La solución ideal para Dalí, que decía detestar el sexo. No es la única de las obsesiones dalinianas que se repiten en su particular versión ilustrada de la inmortal obra de Dante. También recurre al gran masturbador, las hormigas, las muletas (impotencia), rasga la piel de unas figuras repletas de cajones (subconsciente) y les coloca piedras sobre la cabeza para que sientan el peso de la conciencia.
Las obras están ordenadas como los capítulos del libro inmortal de Dante
La historia de los grabados tiene detrás un trasfondo sociopolítico que, una vez más, colocó al artista catalán en el centro de polémica entre izquierdas y derechas ideológicas que era ajena al arte. Las ilustraciones fueron un encargo del Gobierno italiano para adornar una edición de lujo de la celebérrima obra de Dante que iba a publicarse en 1965 para conmemorar el 700 aniversario de su nacimiento en Florencia.
Una de las obras expuestas.

Dalí pintó en pocos meses 100 acuarelas que luego transformó en grabados para que pudieran reproducirse mecánicamente. Sin embargo, el trabajo encendió una agria polémica entre los comunistas italianos, que se negaban a hacer de Dante un artículo de lujo, y los conservadores, disgustados porque el ilustrador de su poeta nacional fuera un catalán.
En resumen, cuenta Vela, Italia pagó un dineral a Dalí por un encargo que no se publicó de la forma que se había previsto. El pintor se llevó sus acuarelas a un taller parisino y de cada dibujo se fabricaron 35 planchas. En total, 3.500 tablillas para que cada xilografía conservase la plasticidad que el artista exigía y que se publicó en seis volúmenes entre 1960 y 1964.
Italia pagó un dineral por el encargo, que no llegó a publicar
“Uno de los grandes méritos de esta colección es la técnica porque logró trasladar la textura de una acuarela a la madera”, explica la responsable de Artes Plásticas de NCG, para subrayar que La Divina Comedia es el máximo exponente de la obra de Dalí como ilustrador. Polifacético como pocos —pintó, esculpió, trabajó en cine y hasta diseñó escenografías y vestuario de ópera—, el controvertido genio catalán encontró en este encargo del Gobierno de Italia el contenedor ideal para hacer su particular exorcismo freudiano casi siempre sobre el paisaje de su casa del Ampurdán (Girona). “Le dio la oportunidad de profundizar en sus demonios y reflexionar en voz alta a través de su arte”, reflexionan desde la fundación.
Los 100 grabados, pintados a partir de 1959, están ordenados como los capítulos del libro que Dalí accedió a ilustrar y avanzan desde el averno negro y rojo hacia un paraíso colorido y luminoso. El genio del surrealismo, que para entonces ya había sido apartado del núcleo fundacional del movimiento, quiso rendir tributo a sus maestros tal y como Dante hizo con Virgilio en su obra. Entre los dibujos —numerados como cantos— que se exhiben en Ferrol figura su personal homenaje a la técnica del sfumato que ideó Leonardo da Vinci (canto 8), al Guernica de Picasso (canto 4), al Angelus de Millet (canto 23) e incluso a Goya y Velázquez. La exposición, hasta el 3 de junio, incluye talleres para niños y visitas guiadas.



Noticia extraída de El País, Galicia:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/02/28/galicia/1330461852_728370.html